Las empresas 4.0 están altamente digitalizadas, lo que las hace más vulnerables a ciberataques.
Automatización y digitalización: Uso masivo de IoT, IA, big data y nube en procesos críticos.
Interconectividad: Integración de sistemas internos con proveedores y clientes aumenta los puntos de ataque.
Alto volumen de datos: Gran cantidad de información empresarial y de clientes en riesgo de robo o filtración.
Riesgo de interrupción operativa: Un ataque puede detener líneas de producción, bloquear sistemas o causar pérdidas millonarias.
Las empresas deben cumplir con normativas estrictas para evitar sanciones y garantizar la seguridad.
Normativas internacionales: GDPR, ISO 27001, NIST, SOC 2, entre otras.
Leyes locales: Protección de datos y privacidad según cada país.
Auditorías y certificaciones: Exigidas en sectores como banca, salud, retail y telecomunicaciones.
Multas y sanciones: El incumplimiento puede generar pérdidas económicas y daño reputacional.
Los ataques cibernéticos son más sofisticados y frecuentes en empresas 4.0.
Ransomware: Secuestro de datos con exigencia de pago para su recuperación.
Phishing y ataques dirigidos: Engaños a empleados para robar credenciales o acceder a sistemas.
Amenazas internas: Empleados o proveedores que filtran información por error o de forma intencionada.
Explotación de vulnerabilidades: Hackers buscan fallos en software, dispositivos IoT y redes industriales.
Crecimiento del cibercrimen: Organizaciones criminales desarrollan ataques más avanzados y automatizados.